viernes, 28 de abril de 2023

"Somos figuras desencajadas en espacios de crimen" - Entrevista en solidaridaddigital.es

 Entrevista

24 Abr 2023

Alfonso Pexegueiro, escritor

«Somos figuras desencajadas en espacios de crimen»

Esther Peñas / Madrid

Mañana vino a verme la luna de los pájaros grandes (Lumbría) es un artefacto que convoca la alegría sobre los cimientos del dolor. Sin querer sofocarlo, sin recrearse en él, su autor, Alfonso Pexegueiro construye una narración llena de belleza auténtica, sin trampa, frondosa, con una imaginación que traspasa. Un homenaje a la infancia secuestrada en un nombre propio: Iqbal Masih, un niño de 12 años a lo que mataron la mafia de los fabricantes de alfombras. 

Mañana vino a verme la luna de los pájaros grandes le da voz a Iqbal Masih, un niño pakistaní esclavizado en una fábrica de alfombras. ¿Cómo sabemos que un hecho real es materia de ficción? 

Mañana vino a verme la luna de los pájaros grandes le da voz a Iqbal Masih y a todos los niños y niñas. Le da voz a la infancia. Iqbal es la infancia abandonada. La infancia se hace lenguaje y escribe. Pero Iqbal no es el personaje ni Mañana vino a verme… es la historia y la vida de Iqbal. Sólo cogí su nombre y se lo puse al personaje central, que empezó sin nombre. Él personifica la infancia del ser humano. La infancia de una humanidad perdida. «Los ojos de Iqbal lloraban y su mirada daba la vuelta al mundo». Mañana vino a verme la luna de los pájaros grandes es una autobiografía universal. 

Todo parte de un imaginario que transita por lo desconocido y crea una realidad que, a su vez, crea lo simbólico a partir de lo cual se forma la sociedad o las sociedades; el «mundo», aunque el filósofo Markus Gabriel diga que no existe, sí existe el dolor, la mentira, el cuerpo, y el camino hacia Auschwitz. Auschwitz es una realidad creada por una actitud social. Lo imaginario, lo simbólico ha jugado un rol primordial en la construcción social y cultural de la identidad de lo femenino, por ejemplo. Y de lo religioso.

Sin lenguaje, sin la palabra, nada hubiese existido aun existiendo. El hecho de que exista un límite de conocer no quiere decir el fin del conocimiento. El peligro está en que el conocimiento se convierta en ignorancia. Hay sistemas fijos de gramática y sociales que harán lo posible para que no me desvíe de las filas del poder, como en una fila militar o de hambre. Guardar la fila. Guardar las colas; el orden. No es que no se puedan hacer filas, el peligro está en adquirir o tener mentalidad de fila. La vida no es una fila, sino un espacio abierto al infinito. Esto sería, por ejemplo, ficción. Ese infinito. La infinitud que habita en nosotros y desconocemos, pero actúa. Lo simbólico crea la realidad y la realidad inventa el imaginario para sobrevivir, para dar solución al miedo a lo desconocido, miedo a la pregunta, miedo al otro. Pero no lo consigue. Se crea una realidad que va contra sí misma. Somos figuras desencajadas en espacios de crimen. La mentira es una ficción que domina el mundo, y, según Kafka, lo ordena. El poder de lo simbólico. Va a ser muy difícil que el ser humano sepa elegir la libertad a la esclavitud; configurado como un esclavo asustado, el poder ha sabido digitalizar, tecnificar ese miedo: Tecnificar el miedo y la ignorancia: a eso le llaman progreso.

En Mañana vino a verme la luna de los pájaros grandes se tiene en cuenta la capacidad de la imaginación y de los sueños. Y eso está íntimamente imbricado con la infancia. Algo que es la raíz de la literatura. También hay que destacar en el libro esa libertad que revienta compartimentos estancos; es decir, lo imaginario también es lo cotidiano y viceversa. Y es el lenguaje, la palabra, el puente que hace ese viaje de ida y vuelta. «Somos lenguaje, como ondas, con o sin palabras. Los sueños también son ondas, como los cuentos. Nosotros formamos parte de la Naturaleza…» Es importante superar esa ruptura entre soñadores y pragmáticos, porque realmente es una escisión falsa. Y ahí Iqbal lo hace de una forma maravillosa.

De entre todas las tragedias que conocemos a diario, ¿qué tuvo esta que lo emocionó hasta el punto de recrearla durante más de cuatrocientas páginas?

El niño nace en el infierno de sus padres. La tragedia es ese espacio de lenguaje donde la pregunta es puesta en escena y es castigada. La primera desobediencia se produce en la infancia, y se castiga. No me centré en esta tragedia, o asesinato social, como algo singular, sino en la base social de una humanidad que no sabe vivir, que su principal cultivo es la violencia. La violencia viene de antes, nosotros solo la cultivamos. La sociedad, por lo general, es un monstruo que se alimenta de trozos de libertad. La autoridad suprema (el poder), no es más que la suma de múltiples medianías que a su vez mandan y preparan a otra multitud de medianías para el futuro, ese que no existe, porque no se sueña: ¡se impone! Sólo varía el número de cabezas (cifras) y un desplazamiento de la imagen (del símbolo). Vamos camino de una locura ordenada y permitida. Sin pensar. Todo crimen es un crimen social. 

El libro, empezado en 1986 como un cuento para mi hijo entonces de seis años, no tenía título, y en 1995 todavía buscaba un nombre para el personaje central de una narración que no sabía cómo iba a seguir ni cuándo acabaría, ni siquiera qué sucedería. Al leer la noticia del asesinato de Iqbal Mashi, cerca de Lahore, Pakistán, me impactó. Iqbal, vendido por sus padres, esclavizado, y rescatado por Eshan Ulla Khan fundador del Frente de Liberación del Trabajo Forzado, y asesinado a los 12 años. Iqbal será el nombre del personaje central, me dije. Iqbal seguiría vivo. Y será todas las infancias.

Sorprende que, a pesar de ser, de alguna manera, un libro de duelo, recuerda al tono de Caperucita en Mahattan, de Martín Gaite, que se sirve de la imaginación como tributo a quien ha muerto. 

Hay dolor. Y renovación. «He abierto una senda en el frío, hecho un túnel en el hielo que hacía de roca en el pensamiento, una luz en la oscuridad abismal, un riego de agua en el árido desierto; lo real ha comenzado. El principio de soledad llora sobre el lenguaje». No es un libro de duelo, sino de esperanza. «Este mundo camina hacia una invisible paz, inevitable». En todos mis libros la esperanza está presente por muy dura que sea la situación vivida. La esperanza no la coloca el individuo como si fuese una actitud de espera, sino el principio humano de existencia. Sin esperanza no podríamos vivir. Y ahí coincido plenamente con Gadamer, cuando dice: «La única frase que quiero defender sin restricción alguna es que los seres humanos no pueden vivir sin esperanza». 

¿Cuánto de onírico tiene la vida, en general, y la literatura en particular?

La vida es un sueño que sueña. Y que a la vez tenemos que soñar. Sin sueños no hay realidad posible y completa. Los sueños son realidades abandonadas (o encontradas y no vividas) que tenemos que volver a soñar para que vuelvan a ser realidad, es una construcción del lenguaje y del pensamiento. Y conllevan una pregunta. La pregunta es como una eternidad inmutable que lo drena todo: imposibles, sueños, utopías, realidades, crea pensamiento (la pregunta lo contiene todo), pero también dolor en el grito, que, como dice Iqbal: el grito es la última forma de soñar.

Nos creemos que se nos da la realidad, pero la realidad hay que construirla todos los días, e igual pasa con los sueños. Los sueños hay que soñarlos.

La literatura es la recreación de un sueño, es la puesta en escena del sueño hecho realidad; realidad y ficción van juntas. Igual que tú y el otro. Escucha siempre al otro, vais juntos, le dice la tortuga milenaria a Iqbal. 

Sin embargo, no vivimos lo real, sino la farsa. Es importante trabajar con metáforas, símbolos, imágenes, que van del inconsciente al inconsciente. Es la forma de llegar al langage, de que las cosas se conozcan en su verdad, eliminando la represión. Pues no es el olvido lo que impide la revelación de las cosas, sino la represión. Trabajo con sueños, con realidades transformables (no fijas). Cogido de la mano por la duda. La duda es ese espacio de tiempo necesario para que el pensamiento exista. 

¿Hasta qué punto «el lenguaje puede cambiar las cosas», como usted asegura?

Todavía pertenecemos a las sombras del lenguaje, a su violencia. Cuando el tiempo se detiene en el lenguaje, la vida se oculta, se endurece y nos destroza. Enfermar el lenguaje (que no hable, diga o piense demasiado). El lenguaje es el gran misterio. En el principio fue el Verbo. Transformar el lenguaje allí donde el miedo coge forma de poder. Si convertimos miedo en poder, si nos entregamos al poder estamos perdidos, porque con el poder no se puede hablar, no admite diálogo. El lenguaje puede y cambia las cosas, las transforma, posee la capacidad de reflexión, de recorrer el mundo, verlo, y transformarlo. De hecho, volvamos a la pregunta de los científicos: ¿Porque el universo busca explicarse? La perspectiva del lenguaje. La matemática crea un cosmos y después ese cosmos, se va conociendo por medio del lenguaje. Einstein decía que lo incomprensible del universo es que es comprensible. Somos pregunta. El astrofísico Hubert Reeves se pregunta: ¿Llevaremos con nosotros la memoria del universo? 
 
Se suele afirmar que la infancia es la patria de los escritores pero, ¿por qué cuesta tanto custodiarla («la infancia es una piel del pensamiento que jamás nos abandona», afirma)?

«No creáis que el destino sea otra cosa que la plenitud de la infancia», escribió Rilke. La edad infantil desaparece; la infancia permanece siempre. Sin duda algo queda de nuestra infancia: toda nuestra vida. Y la abandonamos. Nos estorba. La infancia nos exige otra forma de vida. Somos infancias mal habitadas. Estamos fosilizando el lenguaje. Todas las cosas hablan. Hablar es crear imaginación, no limitarla. Las palabras nos dan forma y configuran nuestra habla y decir y nuestro pensamiento. La palabra es una suma de objetos-cosas-conciencias universales que vas descubriendo desde la inocencia (verdadera creadora de lo universal). Se escribe desde la infancia; después, se intenta acoplar el existir, la existencia, el espacio a una realidad configurada y que a la vez construimos día a día, pero la fuerza de la creación está en esa mirada de la infancia, en ese niño o niña que sigue jugando, entendiendo la existencia como Heráclito: «un instinto de juego, un fenómeno estético» (por lo tanto, ético, añadiría Wittgenstein).

Cubierta del libroPara que un cuento funcione, es decir, nos conmueva, se quede para siempre con nosotros, ¿qué ha de contar y cómo ha de contarlo?

Quizás lo universal, ser infancia, calor, darle margen al lector para que él lo vaya a su vez escribiendo, contando, y eso ha sucedido con Mañana vino a verme la luna de los pájaros grandes; más de un lector me ha dicho que era como si el cuento lo hubiese escrito él o ella, cuando empezaba a leer el mundo desparecía para introducirse en un mundo mágico, nuevo, donde la vida adquiría valores de libertad y de humanidad que en el día a día, en lo real mentido no sucedía. Tú eres el cuento y el cuento eres tú. Así Iqbal va tejiendo lo real, igual sucede con el lector o la lectora: no está viendo cómo tejen, él mismo, ella misma se convierte en tejedora. Iqbal debe convertirse en el propio cuento sin dejar de ser él. Y lo mismo sucede con el lector, con la lectora, sin dejar de ser ellos van tejiendo lo real; y así me lo han manifestado varios lectores y lectoras; se sintieron tejedoras del cuento.

Que el mundo se haya construido sobre hechos que no tenían que haber sucedido es irremediable, pero ¿es posible hacerlo de otro modo?

Sí, es posible. «El sueño no había hecho más que doblar el tiempo, torcerlo a su medida, para que se conociese una realidad todavía en espera». Esa «espera» no es el Mesías. Es una realidad que tenemos que construir y que nos corresponde.

Esa «realidad» es lo que el medievalista Alain de Libera en su libro Pensar en la Edad Media llama «herencia olvidada», aquella luz que quedó oculta por la negrura de una noche, que a lo mejor no era tal noche como nos quisieron transmitir y hacer creer; «lo que se juzga y condena en la Edad Media es un desbordamiento del pensar». El hombre no reconoce al hombre. 

Si el lenguaje es como un juego de ajedrez, tal como nos recuerda Wittgenstein, y cada palabra es como si fuese una pieza del juego, casi podemos afirmar que, en la mayoría de los casos (por no decir en general) no jugamos al ajedrez, sino a tirarnos las piezas a la cabeza.

Nos medimos por el deseo de poder, por la visión del espejo rayado. Y no sabemos cómo acercarnos al lenguaje, al espejo. Y el espejo se vuelve loco cuando utilizamos una piedra para llamarlo, o el esmeril para acariciarlo. La desesperada huida del conflicto hacia el conflicto (creamos un conflicto de torpeza, y lo resolvemos con una guerra). Llevamos con nosotros el conflicto, luego lo activamos hasta que provoque el estallido o la humillación del otro. El mundo se ha convertido en una cárcel donde todos vigilamos a todos. ¿Qué elijo? Siempre volvemos al abrazo del amo, del poder, de nuestro «falso protector», ¡tan desvalidos nos sentimos! No me extraña que haya triunfado el panóptico. El ojo de Dios.

Sí, es posible. Es como si me dice si se puede educar a un niño o una niña sin la bofetada, sin castigar, por supuesto que se puede y debería ser así. El niño, la niña no trae odio, sino disposición de amor, circuitos de amor que transmitirá con sus emociones y su lenguaje. El bebé desde el primer mes ya actúa como un «maestro».  ¡Qué difícil es medir el grado de contaminación de las aguas literarias y de pensamiento! 

¿Qué distingue contar historias de escucharlas?

El escenario; cuando cuentas, regalas, expones, creas mundos y formas de ser; cuando escuchas abres espacios para que esos mundos convivan contigo, esas vidas, esas formas de ser sean reales. Cuentas historias porque alguien escucha; escuchas porque alguien cuenta historias. Podríamos decir que el cosmos habla porque ha creado una escucha, un diálogo sin escucha no sirve para nada… ¡tan importante esa escucha, en todo!  Se escribe porque alguien te habla en preguntas.

El miedo es un elemento que recorre la narración. ¿Cuándo conviene tenerlo, cómo espantarlo cuando paraliza la vida?
El miedo es el arma poderosa del poder y con el que tenemos que saber dialogar. El miedo atraviesa la narración, pero jamás aprisiona a Iqbal, hasta los personajes imaginarios como El Que lo Cuenta Todo, los Pájaros Amarillos, las Garzas Azules, tienen miedo, y la tortuga que lleva más de mil años allí, y todavía no sabe quién es, y, cuando Iqbal le dice:
-Pero…el miedo. 
La tortuga le responde.
-Es tu miedo, cuídalo; si lo cuidas él te ayudará a vivir y será tu guía.
-¿Tú también tienes miedo?
-Yo también, y El Que lo Cuenta Todo y los Pájaros Amarillos y Las Garzas Azules… No debes temer al miedo más allá de su conocimiento, eso es lo que hará que te conviertas o no en un esclavo. Es el miedo de cada uno el que le da poder al Miedo que nos destruye y esclaviza.

«La razón es muy cuca, pues aun sabiendo que no tiene razón siempre quiere tenerla». ¿Cómo saber que la razón está deslegitimada?

¿Es realmente la razón la que nos lleva al conocimiento, a la verdad? La razón sola no posee toda la verdad. La inteligencia ya no es suficiente para entendernos. «Para actuar inteligentemente no basta con la inteligencia», afirmó Dostoyevski. ¿Cómo puede la razón creer y aceptar los sacrificios humanos, la tortura, el crimen? ¿Cómo puede la razón (si no es su miedo) quemar a alguien en nombre de la justicia, de Dios, del pueblo, golpear a alguien, matar a alguien, torturar a alguien e irse tan tranquilo a casa? ¿Cómo puede la razón consentir la guerra, la humillación, el crimen…? ¿Qué es lo que absorbe el tiempo de la razón que nos impide ver la verdad de las cosas? ¡Qué evolución o madurez es ésa que nos hace retroceder en el amor y avanzar en la violencia! La Razón miente su significado oculto, prisionera. Toda la crueldad de la Historia ha sido fijada por la razón.   

¿Cómo, quién «nos roba el amor»?

Lo social, al nacer, nos educan en el castigo y la culpa, y nos roban lo más sagrado: el amor, los caminos del amor, y lo sustituyen por negocios, por “rentabilidad”. Es como si del niño o de la niña sólo apreciáramos la capacidad mercantil del futuro. Parece como si el destino de la humanidad fuese llorar lo que no supo vivir. 

Los dibujos empastan con el tono de la narración, es otra manera de convocar la infancia, la inocencia, pero, ¿por qué decidiste incluir también fotografías, algunas de ellas intervenidas?

Sí, convocan la infancia, la inocencia, a la vez que significan, vienen rebosantes de ternura y de color, de vida. Los dibujos son parte del libro y no ilustran, aunque puedan hacerlo o verse así, sino que «significan». Son dibujos que representan dos infancias: la infancia de la humanidad, aquellos inicios en los que el hombre y la mujer pintaban en las piedras y en las cuevas (filogenética), y (la ontogenética), la infancia personal de ese niño o niña cuando pinta y dibuja con libertad, como ellos quieren, y no condicionados por la visión del adulto. Iqbal es la intuición absoluta.

Las fotografías visibilizan el espacio donde vive Iqbal, y donde  habitan los sueños. Es un espacio real e imaginario. Las que dices intervenidas, es pintar la realidad con el imaginario,  pintar con sueños lo real, ese infinito de amor que Iqbal reconoce, y ama.  

Durante los 35 años que empleó en escribir este monumento a la imaginación, ¿cuál ha sido el principal cambio que experimentó la narración?

Se iban produciendo cambios importantes cada cierto tiempo, sobre todo cuando surgía un personaje de ficción, y, entre todos, los que fueron clave y gracias a los cuales no destruí el libro, fueron Rizo y Riza, los carretilleros encargados del lenguaje en el Bosque Soñado, la camaleona Mada, abogada defensora de Iqbal, la creación del personaje  Cuento, que es la narración y a la vez es Iqbal, que tiene que ser el cuento sin dejar de ser él, Marca, la serpiente amiga con la que Iqbal tiene que pelear en el Desierto de Nabalpam, la Montaña Golosa. Otro cambio fundamental sucedió en 2015, cuando con setecientas páginas escritas me di cuenta que se había creado una selva de lenguaje, que estábamos bloqueados en esa selva el libro y yo, y que no había manera de salir, ni siquiera con Rizo y Riza. En ese momento, pensé que si leía el texto o me leían esas páginas en voz alta, igual el texto se desbloqueaba, y así sucedió; llamé a una amiga, se lo expuse, y por las tardes, cuando podíamos, durante varios meses me leía en voz alta o leía yo, y se fue desbloqueando, abriendo caminos; el libro se había construido en bruto, y ahora tenía que seguir sus deseos, como si fuese un recién nacido, un bebé, escuchar su voz, su mirada, su decir: el bosque hablaba, el desierto hablaba, la piedra hablaba, significaba, todo él hablaba. Y en ese hablar, en esa escucha, por uno de esos senderos, en el 2020, llegaron los dibujos, la ternura. El libro tensó el lenguaje al máximo, retorció el tiempo, y se hizo realidad. Los límites del tiempo están desbordados por el lenguaje, que regresa y recupera esa infancia que llevamos dentro y que nunca debimos haber abandonado. Y todo se iba ensamblando. El Cuento se fue llenando de cuentos. Y la Pregunta de preguntas. Personajes, silencios y hablas fueron superponiéndose hasta formar una unidad pluridimensional, cuentos sin final, pliegues de existencia, como universos en expansión, palabras en espiral que recorren el infinito, fractales que parten del desconocimiento.  Se hacía necesario crear infancia. Oír la infancia. Escuchar a la infancia.

¿Todo es susceptible de ser contemplado con una mirada poética?

El ser humano es profundamente poético. La poesía está en el origen. Sin poesía no habría realidad, ni sueños, ni universo. A veces pienso que el universo tuvo que soñarse antes de existir; esa paradoja es la creación.

Enlace a la entrevista publicada en solidaridadDigital

miércoles, 4 de enero de 2023

Alfonso Pexegueiro: O lago das garzas azuis

O lago das garzas azuis

(INFANTIL E XUVENIL - FÓRA DE XOGO)

Tapa blanda – 14 octubre 2005


O lago das garzas azuis de Alfonso Pexegueiro é un Conto-Poema que ten como protagonista o mundo infantil. As garzas azuis viven nun lago que hai debaixo das areas do deserto de Nabalpam... Os nenos e as nenas de todo o mundo seguen polo serán as garzas ata ese deserto onde se converten en Reiseñores Brancos e así poden chegar ao Lago das Garzas para xogar e vivir, sen seren collidos polos Cazadores de Reiseñores Brancos... O lago das garzas azuis é definido polo seu autor como "un conto moi longo sobre unha mentira moi grande escrito dunha maneira moi curta e moi rara, mais é un conto de nadal para os nenos da fame que non existen"; en definitiva, unha historia sobre os nenos africanos que morren de fame e medo e aparecen como fríos números das estatísticas. Esta obra foi definida por Manuel Vázquez Montal-bán como "un relato poético absolutamente maxistral"; a súa vez Federico Mayor Zaragoza, presidente da UNESCO, como "un conto conmovedor escrito coa esperanza de que os soños nos axuden a descubri a realidade".





Alfonso Pexegueiro: Desatinos dun maldito

Desatinos dun maldito

Novela , 1991

EDICIÓNS XERAIS

Páginas 78

Incluye dos historias: Mi perro y Memoria de peregrinación.



Alfonso Pexegueiro: Dados Blancos

Dados blancos

Novela , 2004

CABALLO DE TROYA

Páginas 124

Un anciano que vive solo en un piso de la ciudad recibe, a la vuelta de sus vacaciones de verano, una carta de su Infancia rogándole que le cuente cosas de la vida, que le hable... El anciano, que duda del principio de realidad que nos imponen en la vida, recoge un legajo de notas (incertidumbres, dudas...) desordenadas, y se las envía como un náufrago envía su mensaje en una botella sin demasiada fe en que nadie la encuentre y, aunque así fuese, seguramente sin muchas ganas de que nadie venga a rescatarlo. Dados blancos es una especie de diálogo imposible entre la infancia que permanece siempre y una edad madura en la que ya todo parece inevitable e irreversible.



Alfonso Pexegueiro: “No vivimos un tiempo de nueva oralidad sino de charlatanería”

Alfonso Pexegueiro: “No vivimos un tiempo de nueva oralidad sino de charlatanería”

El escritor, que participó en la fundación del “grupo de comunicación poética” Rompente, está empeñado en disolver los límites entre poesía y teatro. En su libro ‘Rizo y Riza’ (Lumbría) confluyen pensamiento, lírica y dibujo.

 




Alfonso Pexegueiro en la Agencia Literaria Carmen Balcells

Alfonso Pexegueiro fue creador en 1975 del Grupo de Comunicación Poética “Rompente” en Galicia y dio numerosos recitales de poesía.  Desde 1985 hasta 2000 vivió en Barcelona. Actualmente reside en Galicia. En 1997, participó en el Festival de Teatro Grec de Barcelona, con Blasfemias de silencio: poemas llevados a escena y recitados por la actriz Lina Lambert y por el autor, acompañados por la arpista Magdalena Barrera. En 2011 lleva a escena La isla de las mujeres locas, interpretada por las actrices Vanesa Sotelo y María Caparrini, con música de Anxo Pintos y Quico Comesaña en directo, e iluminación de Baltasar Patiño.

  • “Aunando la búsqueda estética al compromiso ético los versos de Pexegueiro sacuden la conciencia de mucha gente de buena voluntad.” Federico Mayor Zaragoza
  •  “Me parece muy interesante tu poética en la que lo personal y lo coral (me interesan más estos referentes que los de individual y social) se interrelacionan dentro de esa armonía que sólo consigue la verdad  literaria, cuando integra literariamente otras verdades, incluso las éticas o las políticas. Dispones del especial don de dar verosimilitud incluso a las geografías imaginarias, prueba de fuego de la Literatura como metáfora.” Manuel Vázquez Montalbán          
  • “Es la suya una escritura donde la prosa se vuelve verso. Es la suya una escritura donde el verso se vuelve prosa... He ahí la tópica descripción del escritor que persigue la belleza en cada palabra, descripción típica del escritor que se mueve por impulsos interiores, que tiene en la escrita una religión”.  “De tal forma está escrito Hipatia que, un lector que desconozca el nombre del autor, asegurará que quien lo escribió es mujer.” Xosé M. Eyré

Alfonso Pexegueiro na Galipedia, a Wikipedia en galego

Alfonso Pexegueiro González, nado en Angoares (Ponteareas) o 19 de abril de 1948, é un escritor galego.

Traxectoria

Iniciou a súa actividade literaria en Galicia no ano 1975 como fundador do Grupo Rompente. Entre 1976 e 1978 traballou na redación da revista infantil e xuvenil Vagalume. Fundou en 1980 xunto con outros escritores a Asociación de Escritores en Lingua Galega da que foi secretario ata xuño de 1985. Como secretario da AELG coordinou a revista Escrita e impulsou o I Congreso de Escritores en Lingua Galega, así como o Galeusca, encontros de escritores vascos, cataláns e galegos. Deu numerosos recitais de poesía. Colaborou en prensa con artigos de opinión, e sobre arte e literatura. Desde 1985 ata 2000 residiu en Barcelona. Actualmente reside en Galicia.

Obra en galego

Poesía

  • Seraogna (Grupo Rompente, 1976[1]; 2ª edición: Biblioteca das Letras Galegas, Xerais, 1997).[2]
  • Mar e naufraxio (Cíes, 1978).
  • Círculos de auga (Akal, 1979).
  • O pabellón das hortensias azuis, (Edición de autor, 1983).
  • A illa das mulleres loucas (Llibres del Mall, edición bilingüe catalán-galego, 1984;[3] castelán-galego, 1986[4]), (Galaxia, 2004. Con CD música de Anxo Pintos (zanfona) e Quico Comesaña (arpa)).
  • ¿Serán os cisnes que volven? (Xerais, 1995).
  • Hipatia (Xerais, 1998).
  • Blasfemias de silencio (inclúe: Círculos de auga, 1979; Mar e naufraxio, 1978; O pabellón das hortensias azuis, 1983; ¿Serán os cisnes que volven?, 1995; O reiseñor dos Balcáns, 1999) (Xerais, 2000). Publicado polo Concello de Ponteareas en 2018: Blasfemias de silencio (De Seraogna aos Balcáns).[5]
  • O lago das garzas azuis (Conto de Europa, Nenos de África), con debuxos de Xosé Freixanes (Xerais, 2005). Editado en castelán por Lumen en 1994.[6]

Narrativa

  • Relatos para salferir (Xerais, 1981), co título El Desert de Nabalpam (Llibres del Mall, 1985)[7], e co título O deserto de Nabalpam (Espiral Maior, 2003).
  • Fantasía (extracto) do xefe dos lagartos, carpeta co pintor Xosé Freixanes (1988).
  • Desatinos dun maldito (Xerais, 1991).

Teatro

  • Lapsus (Axóuxere, 2014).

Obras colectivas

  • Escolma de poesía galega (1976-1984), 1984, Sotelo Blanco.
  • Erato bajo la piel del deseo, 2010, Sial Ediciones. En edición bilingüe galego-castelán.

Obra en castelán

Narrativa

  • Dados blancos (Caballo de Troya, 2004).

Poesía

  • Rizo y Riza. Un brindis por la duda (Lumbria, 2021).

Premios

"Somos figuras desencajadas en espacios de crimen" - Entrevista en solidaridaddigital.es

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